miércoles, 15 de enero de 2014

Adaptación del cuento "Toda clase de pieles"



TODA CLASE DE CUERNOS

Erase una vez una ciudad llamada Córnea. Era una ciudad situada en el medio del bosque y estaba diseñada exclusivamente para los ciervos. Los cazadores últimamente no se dejaban ver mucho por allí, por lo que la gran manada de ciervos podía pasear y divertirse alegremente sin preocupación. La manada estaba estaba a cargo de Cervix, un ciervo alto e impetuoso, que nada tenía que envidiar a los más grandes del resto de los animales del bosque. Él era el jefe de la manada, y como buen jefe, deslumbraba allí donde iba con su elegante pose y su impetuosa cornamenta. Y claro, siendo tan guapo, no tardó en encontrar a Cervana, una gran cierva que últimamente merodeaba por los dominios de Cervix. Pronto, los dos ciervos se enamoraron, con el firme propósito de cuidar juntos al resto de los ciervos y criar al futuro jefe de la manada. Pasó el tiempo, pero Cervana no conseguía tener a su cervatillo. Los ánimos de los demás miembros de la manada, así como del resto de los animales del bosque tuvieron pronto su respuesta. Al cabo del tiempo nació Cervatix, una angelical cervatilla que conquistó enseguida los corazones de todos.
Cervatix era muy hábil y juguetona. Se pasaba las horas corriendo de acá para allá, ignorante de los inminentes peligros a los que la manada estaba expuesta. Pero la alegría pronto se convirtió en tristeza cuando la reina Cervana enfermó.
Estando agonizando en su lecho, Cervana mandó llamar a Cervix y le dijo sacando un extraño objeto: tienes que prometerme que le darás esto a nuestra hija. Era el más suculento madroño jamás visto. Dicho ésto le hizo hacer a Cervatix una peculiar promesa: si se casaba de nuevo, solo podía ser con una cierva más hermosa y con mejor cornamenta que ella. Éste hecho resultaba ciertamente complicado, pues toda la manada sabía que la reina era la más hermosa de las ciervas y tenía, además, la más hermosa de las cornamentas. 
Finalmente, Cervana murió y Cervix, Cervatix y el resto de la manada decidieron homenajearla como a la mejor de todas las reinas y la tristeza se apoderó de Córnea.
Pasó el tiempo y los habitantes de Córnea empezaban a hacer presión sobre el rey, pues ansiaban tener una reina, así que Cervix, comenzó a buscar una reina digna para su manada que, al menos, fuera tan buena y querida como Cervana. El problema es que su amada era tan buena, que no había otra igual en toda la comarca.
Un día estando paseando con su hija por sus bastos terrenos, se volvió para mirarla y vio el fiel reflejo de su madre y esposa Cervana, y en ese momento creyó estar con su difunta mujer. A partir de entonces no quiso que nadie se fijara en su cervatilla Cervatix. Al tenerla delante, volvió a ver el rostro de su amada esposa y supo que jamás encontraría a nadie como ella, pues la única tan bella era su propia hija. Por eso, no quería que ningún ciervo se acercara a ella, no vaya a ser que la enamorara y la perdiera para siempre. Así que mandó llamar a su hija y le contó lo que estaba pensando. Quería casarse con ella, pues era la mejor reina que podría tener Córnea. Cervatix pensaba que su padre se había obsesionado con la muerte de su madre y se estaba volviendo loco. Ella ansiaba salir a conocer a otros ciervos y rechazaba una y otra vez las alocadas peticiones de su padre Cervix. Hasta que un día, viendo que se iba acercando el día de la decisión, le dijo a su padre que aceptaría: -Aceptaré tu petición, le dijo. Pero toda esposa ha de tener regalos el día de su boda. Cervix lo vio lógico y le preguntó que aquellos regalos que deseara se los haría. Pues se los merecía. Ella, queriendo atrasar la decisión de su padre aún más, ideó un plan para ganar tiempo. Así que un día Cervix se acercó a  Cervatix y le dijo: ¿Ya has tomado una decisión?. Ella le respondió: -Sí, ya he tomado mi decisión. Aceptaré. Pero una boda es una fiesta para la novia y tiene derecho a una lista de regalos. Cervis comprendió lo que decía Cervatix así que aceptó. Le dijo: - ¿Y qué presentes son esos?, estoy dispuesto a obsequiarte con cualquier preciado regalo. Ella tratando de ganar el máximo tiempo posible para buscar una solución le dijo los regalos que necesito son los siguientes: Quiero una avellana del más fértil avellano, una nuez del más esbelto nogal, y una almendra del más sabroso almendro. 
La petición de Cervatix sorprendió mucho a Cervix, pues era todo un reto, nada fácil de lograr. Estuvo meditando sobre las posibilidades que tenía y de qué manera lo podría solucionar, de modo que mandó llamar a los ciervos más fieros y experimentados de la manada y les dijo: - Debéis encontrar una avellana del más fértil avellano, una nuez del más esbelto nogal y una almendra del más sabroso almendro. Los ciervos de la manada se extrañaron mucho, pero fueron en busca de los tan ansiados regalos para Cervartix. Cuando volvieron el Cervix se los ofreció a Cervatix, y ésta le dijo que quería algo más. - Quiero una cesta de toda clase de frutos. Ése será el último y mejor regalo de bodas. Cervix se opuso en un principio, pues no le parecía bien tan difícil lista de regalos, pero no tuvo más remedio que aceptar sus peticiones. Así llamó de nuevo a los ciervos más fieros y experimentados de la manada y les otorgó la más difícil tarea: -Debéis traerme una cesta con toda clase de frutos. La cesta debe ser de tal tamaño, que quepan en ella todos los frutos del reino de Córnea. Todos los ciervos protestaron tal decisión pues les parecía de lo más alocada, pero no tuvieron más remedio que acatar las decisiones del jefe Cervix. Los ciervos de la manada estaban trayendo un montón de frutos, incluso algunos que solo crecían en la zona del frondoso y oscuro bosque. La cesta de toda clase de frutos se estaba llenando decidió que era el momento de huir de la ciudad de Córnea. Esa noche, mientras los ciervos se reunían a la luz del fuego, Cervatix salió de la ciudad de Córnea y caminó en dirección opuesta a Córnea. Pronto llegó se ocultó en el frondoso y oscuro bosque. 
A la mañana siguiente, los ciervos de la manada salieron a cazar y descubrieron lo que parecía ser un animalillo indefenso y aterrado. Cuando lo sacaron estaba tan sucio que no parecía Cervatix, así que lo llevaron entre varios a Córnea. Allí decidieron cuidarlo y darle cobijo hasta que se curara. Allí pasó varios días, bajo un frondoso matorral, descansando y sin que nadie la reconociera. 

Un día, apareció por la manada el más hermoso de los cervatillos! Era apuesto, alto, fuerte, y su pelaje era el más suave que había visto. Se llamaba Cierto. Cierto se empezó a ocupar del cuidado de Cervatix y pronto Cervatix se enamoró de él.

Cervix organizó una gran fiesta donde toda la manada de ciervos estaba invitada. Cervatix y Cierto no pararon de hablar en toda la noche. A Cierto, Cervatix le parecía la más guapa de las cervatillas y enseguida se enamoraron. 

A la mañana siguiente tenía lugar la carrera comarcal de ciervos del bosque, por lo que todos se dispusieron a ir. El jefe Cervix estaba allí, con su cesta de toda clase de frutos presidiendo la carrera.

Cierto aprovechó la ocasión para dejar en el cobijo de Cervatix una hermosa manzana. Al regresar de la fiesta Cervatix, , y supo que era de Cierto. Pero del mismo modo, que ella la vio, también lo hizo su padre, quien al ver el amor tan sincero que había entre los dos jóvenes, decidió darles su bendición y anunciar al pueblo entero la mejor de las buenas nuevas: la boda de su hija Cervatix y Cierto. 

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!
...y como decían mis niños del colegio Divino Maestro a los que les mando todo mi afecto:
Colorín colorete, por la chimenea sale un coheteee!!

Espero que os haya gustado!

Ahora vamos a analizar la adaptación:










1 comentario:

  1. La adaptación debe hacerse para una edad concreta y esa edad debe aparecer al principio para que, al evaluar tu trabajo, pueda valorar si lo has adecuado o no a ese momento evolutivo.

    El tema del incesto es el punto que obligatoriamente hay que eliminar de la historia. Lo miremos como lo miremos y sean quienes sean los personajes, como la literatura es simbólica, no deja de ser un padre que se obsesiona con su hija y quiere casarse con ella.

    Por otra parte, hay que saber adaptar los textos folclóricos respetando el esqueleto de la historia original. Tu relato no respeta este esqueleto. No hay huída de la protagonista, no hay petición de regalos para atrasar el cumplimiento de la orden paterna (solo una niña consentida que no sabe lo que quiere) no hay maduración, no hay astucia para conseguir lo que se desea...
    En tu redacción hay un salto que no entiendo. Parece que se han desordenado los párrafos o que falta algo entre medias. Es aquí:

    "Por eso, no quería que ningún ciervo se acercara a ella, no vaya a ser que la enamorara y la perdiera para siempre.
    Así que ideó un plan. Le dijo a su padre que ya sabía su regalo de cumpleaños de ese año: quería la más hermosa de las cornamentas. "

    Antes del punto y aparte estás hablando del padre. Después del punto y aparte hablas de la hija... pero la frase "Así que ideó un plan" implica que se continúa la idea anterior... ¿cuándo le dice el padre a la hija lo que ha decidido? ¿qué tiene que ver el cumpleaños de la hija que aparece de repente? ¿por qué querría una cierva hembra una cornamenta que es típica de machos pero que, como adorno, no vale para nada?

    Los cambios en una adaptación deben tener sentido y deben hacerlo con un objetivo coherente. Por eso, como dice la guía, deben aparecer explicados y argumentados en función del contenido del relato y de la edad de los receptores.

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